mayor parte del territorio portugués, así como parte de Asturias, el sistema montañoso Central y la Sierra Morena constituyen el denominado Macizo Ibérico, formado por las tierras emergentes de los dos antiguos continentes unificados de Gondwana y Pangea. Sus relieves resultan ser, por tanto, los más suaves y evolucionados de toda la península Ibérica, y son continuados a través de una larguísima cordillera que se extiende desde los Urales hasta los Apalaches, ya en América del Norte. La península ibérica fue denominada como Ofioessa (país de serpientes) por los griegos y ya en la Odisea, primer libro que alude a nuestro territorio, se la titula SICANIA ; al sobrevenir la dominación romana se le denominó HISPANIA y después SPANIA que dieron los conquistadores a la totalidad de de las tierras peninsulares, convertidas en una de sus colonias,(FOTO 1, de Trevor Rowe)
(FOTO 1, España-Aguadulce,
prov. Sevilla-)
nombre que se mantuvo durante la dominación visigoda y en los primeros siglos de la Reconquista, por lo que decir HISPANIA, englobando sus diferentes territorios era lo mismo que decir península ibérica, porque estas dos denominaciones se referían a una sola entidad geográfica, y es Alfonso VI de Castilla el que propició la separación de Portugal de los restantes reinos españoles cuando cede el señorío de la comarca de Portu Cale a doña Teresa, una de sus hijas (de origen bastardo), esposa de don Enrique de Lorena;
(FOTO 2, Portugal)
algún tiempo más tarde, un hijo de este matrimonio de nobles, llamado Alfonso Enríquez, se proclamó rey de Portugal, y bajo este título fue reconocido por Alfonso VII en el tratado de Zamora (1143), rey (el leonés) que aspiraba a ser emperador, por lo que no le importaba reconocer distintos reinos en su territorio, y ya desde esa fecha, salvo breves períodos, la nación vecina es un país aparte (FOTO 2, de Trevor Rowe). Al expandirse los reinos cristianos hacia el sur durante la lucha contra los árabes, Alfonso Enríquez también lo hizo y fue conquistando otros territorios con ja facilidad que le proporcionaba el poseer un frente más confinado y de menor amplitud hasta llegar al borde de la península en la zona del Algarve, hasta que Sancho II y después Alfonso III completan la conquista de este territorio.
En el tratado de Alcañices (año 1297) se delimitaron las fronteras entre los dos países, mientras que en el tratado de Tordesillas se repartía el Nuevo Mundo entre España y Portugal. A partir de ese momento parece que ambos países estuvieron más abocados en sus posesiones de ultramar sin que existieran grandes conatos de enfrentamientos, salvo escaramuzas en la frontera más terrestre y que se conoció casi siempre como "raya". La frontera de ambos países está constituida por 35 km a lo largo del río Miño, luego, 49 km por el río Manzanas, 99 km del río Duero, 24 km de su afluente el Águeda, 20 km del Turones, afluente del anterior, 68 km a lo largo del río Erjas, 45 km en el río Tajo, 40 km en su afluente el Sever, 70 km del primer tramo del Guadiana, 14 km del río Ardila, 3 km del Sillo, 49 km del Chanza y 42 km del segundo tramo del Guadiana, tras haber recorrido 50 km por el interior del país vecino ( ver MAPA; entre las desembocaduras del Cuncos y del Chanza).
Los dos países siguieron durante un largo período trayectorias históricas diferenciadas, más o menos acordes con lo contenido en ese último tratado, siendo reseñable por parte de los vecinos la conquista de Brasil en 1654 y que alcanzó su independencia de la metrópoli en el año 1825, momento que coincide con los prolegómenos de la implantación del ferrocarril, ya que en 1812 se había puesto en funcionamiento una locomotora en Leeds (Inglaterra), de nombre "Salamanca", tras el descubrimiento de la máquina de vapor mediante la condensación del vapor por Watt. En 1814 George Stephenson construye la primera locomotora de vapor para el transporte de los acarreos en las minas de Darlington, que llegaría después en 1825 hasta el puerto de Stockton-on-Tees, distante 64 km de la bocamina. En 1830 ya existía en Inglaterra también la línea Liverpool--Manchester, servida su tracción mediante la locomotora "Rocket", también de G. Stephenson. Los siguientes países en poseer líneas férreas movidas por locomotoras fueron:
2º) Estados Unidos/ Línea Charleston--Hamburg (1830)
3º) Francia (1832)/ Lín. Sainte Etienne--Andrezieu
4º) Alemania / Lín. Nüremberg--Furth (1835)
5º) Bélgica y Canadá (1836) / Lín. La Praierie--Saint-Johns
6º) Rusia (1837) / Lín. San Petersburgo--Tsarkoye Selo
7º) España (en isla de Cuba) / Lín. La Habana--Güines (1837)
En la península Ibérica el primer trazado ferroviario quedaba establecido en 1848 con la línea Barcelona--Mataró (de 28'6 km), mientras que el segundo lo fue entre Madrid--Aranjuez (de 48 km); el tercero entre Valencia--Játiva en 1854 (con 56 km); si bien la primera concesión se había establecido, no obstante, entre Jerez de la Frontera y El Portal y que no llegó a fructificar en esos primeros momentos. La anchura de las vías férreas era mayormente de 1'435 m y que había sido el primero establecido en Stockton, si bien se establecían en anchos mayores y menores que este, siendo el mayor utilizado en el Reino Unido, de 2'10 m . España adoptó la de 1'674 m y Rusia una intermedia entre ésta y la internacional (1'524), que posee el inconveniente de no permitir infraestructuras dotadas de tres carriles para la coexistencia de circulaciones con el ancho internacional de los indicados 1435 mm, lo que sí es factible en España con el ancho ibérico. Quizás sea interesante recordar las razones que llevaron a la adopción de un ancho mayor del convencional en España, todas ellas derivadas de la consideración de ser un país muy montañoso:
a) se conseguía mayor estabilidad en las frecuentes curvas
b) se podía alcanzar mayor potencia al alojar una caldera de mayor tamaño en el chasis de la locomotora
c) partiendo de esa mayor potencia se podían acometer mayores rampas, lo cual permitía menores gastos de construcción y explotación (las longitudes totales de los trazados resultaban menores)
Hay que tener en cuenta para matizar esto, que en aquellos momentos la caldera quedaba situada siempre entre las ruedas del vehículo, detalle que posteriormente ya no resultaría imprescindible.
En Portugal, en el año 1844 se funda la Compañía de las Obras Públicas por la reina Dª María II, siendo uno de sus objetivosla elaboración de estudios para la construcción de los ferrocarriles. En 1853 se firma el contrato con la Compañía Central Peninsular de los Caminos de Hierro Portugueses para la construcción de una línea férrea entre Lisboa y la frontera de España, pasando por Santarém (Línea del Este). En 1856 (el día 28 de octubre), se realiza el viaje inaugural de esta línea en su primer tramo entre Lisboa y O Carregado (de 40 km); la anchura de vía elegida fue la de 1'435 m . En 1854 se firmó el contrato para la construcción de otra línea entre Montijo, Pinhal Novo y Vendas Novas, que fue prolongada hast Barreiro y Setúbal (línea del Sur); Montijo iba a ser la cabecera de esta nueva línea, si bien fue sustituido en 1861 por Barreiro al quedar situado frente a la zona más representativa y de negocios de la capital. Es de señalar que el objetivo de esta compañía era la de transportar viajeros y que solo a partir de 1858 se permitió el transporte de mercancías a Pequeña Velocidad por el interés mostrado por los usuarios para que ello se consumara.
En 1859 se firmó finalmente el contrato para la construcción de los Caminhos de Ferro de Leste e Norte, que daba pie a la nueva concepción de la línea pensada en su inicio para alcanzar la frontera de España, o sea, en un punto adecuado del Este, con una línea que vertebrara el país, si bien la conexión con el vecino se mantenía por el Este, partiendo de un eje Lisboa-Madrid, a conectarse a través del punto más conveniente. El contrato se realizó con D. José de Salamanca y Mayol, malagueño y promotor asimismo de la Compañía de Madrid a Aranjuez (germen por expansión de la hispana MZA ); don José de Salamanca fue así el fundador de la Companhia Real dos Caminhos de Ferro Portugueses. Se decidió entonces que la galga de vía fuera de 1'67 m , por similitud con la adoptada en España.